La verdad es que el problema no reside en la existencia de Dios, porque cuestión de lo que elige cada uno y de la convicción que tiene. Nadie puede demostrar si Dios existe o no.

El árbol de ciencia del bien y del mal es la providencia de que los humanos tenemos una condición de ser libres delante de Dios. Lo que es más valioso que el hecho de haber pecado mediante el árbol de la ciencia del bien y del mal, es que Dios amó tanto a los humanos que los creó con su propio carácter y personalidad, ése es el verdadero significado. Si no hubiera habido el árbol de ciencia del bien y del mal, no seríamos más que animales que viven acorde a sus propios instintos.

El cielo es un lugar donde van aquellos que han decidido ir junto a Dios para siempre y el infierno es para aquellos que rechazaron a Dios a vivir con él. Nosotros no sabemos con exactitud de esos lugares o sobre la eternidad, pero lo que diferencia del cielo y el infierno es solamente el resultado de las decisiones de cada persona en que Dios esté en sus vidas o no. No es una decisión de Dios.

La Biblia es un libro donde se escribió lo que los humanos escucharon de lo que Dios les hablaba. Se redactó durante más de 1500 años por más de 50 autores a lo largo de ese tiempo, además ha sido transmitido durante generaciones transcribiéndose por muchísimas personas. Los investigadores afirman que la Biblia tiene un gran valor filológico y especialmente el Nuevo Testamento ha sido recuperado el 98% del original. No se ha descubierto otro documento que iguale en valor ni la perdurabilidad en toda la historia de la cultura humana.

Dios no soluciona de inmediato todos los problemas o sufrimientos que estamos pasando. Pero Dios envió su Hijo Jesucristo para arreglar los sufrimientos y problemas fundamentales de la humanidad.